Había olvidado que tengo blog

Había olvidado que tengo blog, o bien, actualmente sufro, padezco o creo experimentar un agotamiento artístico-literario. Esas dos son mis dos teorías de por qué no publico una entrada en este polvoriento blog desde ya hace 2 meses. La verdad, me agrada más la segunda teoría, es la más aceptable en mi a niveles reales (Acabo de inventar ese nivel). Esta sequía artística, específicamente literaria, la he padecido desde que he vuelto a ser feliz (Sí, la felicidad también trae sus desventajas) Esta felicidad me ha llenado de tal forma que no he sentido la necesidad de escribir, hasta ahora, que me di cuenta que dejé de ser aquella madre que solía dar a luz escritos por doquier. Aún así, no puedo dejar de preguntarme por qué hace tantos meses no he escrito y no encuentro respuestas en ningún rincón de mí.
Lo que sí mi mente ha logrado concebir es que, tal vez, el acto mismo de escribir se hace a falta de algo, por lo menos a nivel femenino, muchas son las autoras que escriben por esta razón. Sí nos acercamos a ámbitos biológicos-anatómicos, hasta la forma del sexo femenino avalaría esta pseudo teoría (tenemos un espacio que necesitamos llenar). Por ende, sería precisamente la felicidad la que mata el acto mismo de escribir en nosotras.
Hoy me propongo escribir, y no precisamente a falta de algo, sino a causa de todo. De este acto mismo de vomitar, de sangrar, de pensar, de fluir, de emerger, de expresar, de dar a luz. Quiero volver a ser yo. Creo que al no crear nada, me estoy negando.

Darkenia
Paz Danae Oyarzún