Aunque me tomes la mano, como antes o como siempre, se siente distinto. Tu mano ahora quema, quema mucho, pero no de calor, sino de frío. Me quemas de frío.
Quiero dejar la metáfora del frío. Pero no me quiero ir. Sabes que no me quiero ir. Todavía no...
No me quiero congelar.
Paz Danae Oyarzún
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