miércoles, diciembre 24, 2008

Son las 22:52 de la noche. Falta alrededor de una hora para que sea Navidad. Todo está lindo en casa, la comida, los regalos, nuestras ropas, todo. Pero lo que más me importa es que ojalá vengas tu a verme después de las 12 de la noche. Sí tu, ese niño que tanto amo y que ya ha estado varios años junto a mí. No creas que hablo del niño Jesús, a pesar de que hoy celebremos su nacimiento, o por lo menos ya gente católica lo hace. No, tampoco seas que hablo de Viejito Pascuero, no. Hablo de tí, amor! Pablo, ojalá vengas a verme, es que estoy preocupada porque hoy no he sabido de tí. Pero tengo toda la esperanza de que vendrás, o por lo menos, te llamaré luego, a las 12.

Hoy ha sido un día muy agitado. Tuve que ordenar, envolver regalos, me teñí el pelo, le teñí el pelo a mi hermana y no resultó. Pero en fin, todo sea para esta noche, que sólo es una vez al año. Bueno, ya me cansé de escribir.Me duele la espalda. Sin más...

Atentamente ...

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